miércoles, 31 de diciembre de 2008

A pocas horas del Año Nuevo ...

... no hay tiempo para nada más.
...

Entre mis dos objetos favoritos de la sala, el espejo y el librero ( en ese orden! je je) y sin incluír el sofá porque ya casi es un personaje: el FabuÁrbol.



Un recuerdo ...



Los niños en la función de Navidad de Cascanueces (¡mi regalo!)





Las galletitas de esta Navidad, sírvanse!





El ayudante de Santa, muy concentrado!
(... la luz de mis ojos, el corazón de mi alma, el amor y la razón de mi vida, mi Hombrecito ... ¡y que Viva la Vida, carajo!)



¡¡Feliz Año Nuevo!!



viernes, 19 de diciembre de 2008

Algo más que polvo ...

En una de ésas incursiones de limpieza que me atacan una vez al año o cuando de ello depende mi estatus de mantenida, encontré algunas cosillas debajo del árbol y como estoy con una tonelada de eventos en agenda (Uf! suaaaave ...) mejor lo despacho al toque, no vaya a ser que el programa navideño me atrape en sus tentáculos y luego-luego me quede con los pendientes de siempre.

Este año el viejo panzón (y no estoy hablando de nadie cercano a mi ...) me trajo regalos en forma de lectores, sí, de ésos regalos que el dinero no puede comprar.
Cuando me inicié en la aventura de soltar sonseras al ciberespacio, lo hice con el mismo espíritu que me acompañó siempre que acudía a mis viejos cuadernos: escribirme a mi misma. Enorme fue mi sorpresa cuando, después de un tiempo, comenzaron a llegarme líneas del otro lado. Líneas que me alegran el día; es por eso que modero los comentarios en mi blog, no para filtrar, jamás lo haría, pero si para emocionarme cuando encuentro en mi buzón un aviso de comentario en el blog, justo las cosas complicadas que me hacen feliz de las que hablaba en el post anterior.

*El primer paquete. Es grandote y va dirigido en empaque personal (¡cosas del mundo virtual!) a cada uno de los despistados que alguna vez resbalaron por aquí y, demostrando un estómago de campeonato, terminaron de leer completo un post. Para ellos, los que dejaron comentarios y los que simplemente leyeron (especialmente a aquellos que creen que si no tienes nada bueno que decir de lo que acabas de leer: ¡no lo digas!):
¡Una tonelada de Agradecimiento!

*El segundo paquete, también amorosamente envuelto, es para los principales protagonistas: el Hombre, el Hombrecito y, cómo no, la tonta enamorada. (también el Parque, no vaya a ser que se resienta y se niegue a ser fotografiado)
¡Mi Amor incondicional!

Encontré también una serie de paquetes irregulares, yo diría que singulares:

*Para mi amado Barón, un caserito de esta casa y cuyos comentarios a veces asumen carácter de verdaderos Posts, en empaque azul marino con cinta plateada, una cita en el lugar que desee (¡aunque yo ya sé cuál es!), claro que ésa es sólo una manera, nada sutil, de regalarme algo a mi misma también (regalarme algo, no regalarme, para los malpensados!). El verdadero regalo:
Algo pequeño y grandioso: un amuleto, un Elfito para que lo disfrutes junto a tu amor.

*Para el amigo Yon, que me hace el honor de ser su amiga y cuyas cartas espero y devoro con alegría:
Muchos años de Felicidad junto a su maravillosa familia.

*Para mi amiga Marysol (tu no podrías hacer esto en tu blog porque tienes un millón de lectores!) cuya poesía busco y disfruto siempre y a quien amé desde el primer comentario (claro! como me mandaba flores!) una persona que destila dulzura como para envasarla, venderla y hacerse millonaria:
Mi Amistad por siempre y mi rendida Admiración por tus letras.
(amistad que, no es que quiera desmerecer el regalo, pero no es la gran cosa: soy pésima amiga -algún día escribiré ese post- pero me haces sentir amiga tuya y eso es lo que cuenta!)

*Para Lu, cuya luz ilumina el ciberespacio y quien sí pareciera ser de esas amigas entrañables (de ésas que yo quisiera ser algún día) que una busca toda la vida, que te traen siempre el regalo de su alegría, entusiasmo y amor por los suyos:
El Tiempo que necesites para hacer todo lo que quieres por tu familia.

*Para Joselo, quien me alentó a abrir este blog (¡ya saben a quién deben dirigir las quejas!) y cuya bonhomía fue convocada en la receta para la elaboración del Hombrecito (lo clásico: ojalá que tenga tu carácter, mi alegría ...), el primer niño que amé en la vida:
Una estupenda Compañía, alguien que esté a tu altura, aunque la valla esté muy alta.
(ya estuvo bueno de andar de flor en flor, yo a tu edad ¡ya había conocido al Hombre!)

*Para Ando, cuyo don de gentes y estilo, también fueron convocados para la famosa receta, una de mis personas favoritas en el mundo:
Mucha Sabiduría para dominar ese espíritu adolescente sin perder tu esencia en el intento.

*Para Damian, reciente adquisición de este espacio y como aún está en edad de besar muchos sapos antes de encontrar al Príncipe:
Una fuerte dosis de Criterio para enfrentarte a la enooorme cantidad de sapos que te deben acechar.

*Para Raulín, que ya no deja comentarios pero que fue un animador de la sección por un tiempo:
Que finalmente Concluya la Reestructuración.
(aunque eso suele tomar toda la vida)


*Para Mary Z. mi querida amiga, ¡de las que me regaló el Hombrecito!, a quien admiro y nunca dejo de decírselo:
¡Un Gran Amor!
así de complicado, mujer!)

*Para Digler, que estoy segura ha sido considerado innumerables veces para la reproducción en masa:
Perspectiva, para apreciar el descenso mientras te preparas para el irremediable ascenso.

*Para el Chico Nube, que escribe jodidamente bacán, como se lo dije en su blog, y que además tiene la medida perfecta para sus posts que siempre te dejan con las ganas:
La Receta que te reconcilie con tu Tabla Periódica de elementos.
(¡y nuuuunca dejes de escribir!)



No sé si están todos, pero tengo que ir a lavar a mano mientras arreglan la lavadora (la muy cabrona se malogró ¡justo ahora!).
En todo caso, si faltó alguien, prometo suicidarme.
(si, claro, ¡en Navidad!)











jueves, 18 de diciembre de 2008

Me parece que ...




... las mañanitas de Diciembre (pre Navidad) son las más lindas del año.


... nunca terminaré de acomodar las cosas después de la pintura del depa.


... tengo que re-escribir la carta a Papá Noel, sólo le agradecí y no le pedí nada, no pues!


... tengo que buscar una ocupación fuera de casa: el otro día el niño, hablando de vocaciones, le dijo a su tía (¡que se encargó inmediatamente de pasarme el dato!) que cuando sea grande va a querer estar en el sofá leyendo el periódico ... auch!


... nunca trabajo tanto como en esta época del año, especialmente desde que me enteré de lo anterior, grrr!


... mi árbol es muy ostentoso y el nacimiento ni siquiera lo he puesto todavía, y cuando lo pongo: ¡es enano! ... eso dice mucho de mi ( ¡y muy mal!)


... las canciones navideñas de los gringos son preciosas, pero como que no combinan con la alegría del clima de por aquí, por eso sólo las escucho de noche.


... el Hombre es mi regalo de Navidad de la vida porque no le parecí ridícula el otro día, cuando en la Plaza de Armas (¡que está preciosa!) se me aguaron los ojos mientras estábamos abrazaditos sentados en las escalinatas de la Catedral.


... al Hombre nunca le parezco ridícula, eso (en mi extremo caso) demuestra un gran amor o una gran indiferencia. (¡me quedo con lo primero!)


... mi hijo cada día está más guapo, grande y jodido. Y yo cada día más babosa por él! (ahora está como loquito jugando su primer amigo secreto)


... es de muy mala educación estar deprimido en esta época del año. (felizmente ya pasé los treinta ... Yeeeeh!)


... la edad no te priva de las recaídas.


... en éstos días no es recomendable para la billetera visitar tiendas, eso que lo haga el Hombre!


... el amigo secreto es el mejor regalo que el primer teteo nos dejó, antes había que regalar a todo el mundo.


... mi estado normal es el que tienen todos los demás en estas fechas.


... soy feliz con las cosas más complicadas de la vida (no entiendo a los que dicen que las cosas simples los hacen felices) porque nadie me negará que es re-complicado espiar por la ventana cómo el parque se engalana para las fiestas con la exhibición de sus mejores colores, mientras tienes la certeza de haber encontrado al hombre de tu vida y engendrado junto a él a la criatura más alucinante del planeta, no, si eso es complicadísimo!


... ya me estoy poniendo ridícula de nuevo.

martes, 9 de diciembre de 2008

...

Mañana pintan la casa. Se suponía que recién lo harían el 15, pero el Hombre/niño/moi, no aguantamos la falta de escenografía/ambiente/intromisión navideña y, ni modo, ¡mañana será!

Lo malo: tengo un millón de chamba; lo bueno: no tengo que cocinar.

(Si no fuese por la cantidad de cosas que hay por estos días, estaría con la depre de estos días ... ¡y que valgan todas las redundancias!))

jueves, 4 de diciembre de 2008

A mi los borrachos ...

... me encantan!

El otro día estaba sentada en la plaza de un pueblito pesquero del norte chico, cuna de una importante cultura pre-colombina ... Chancay, pues! y se acerca un hombre que al verme se quedó paralizado, no me tomó más de un segundo darme cuenta que estaba borracho, cuando iba a proseguir su camino, volvió a detenerse dramáticamente (yo sentí mis antenitas de vinil cómo se erectaban, no había tiempo para salir corriendo) y mirándome fijamente me dijo: "sabes que eres guapa" ... yo, que estaba a punto de devolverle el insulto, me quedé pasmada, esbocé una sonrisa nerviosaza y el tipo dijo: "¡eres guapísima!", ni modo, le sonreí y busqué nerviosamente con la mirada a mis chicos que se habían alejado en busca de un helado. El hombre seguía mirándome y yo temiendo que le dieran diablos azules y finalmente me insultara o cualquier otra cosa que hagan los borrachos, nada, sin dejar de mirarme se alejó guiñándome el ojo.

Cuando llegaron los chicos, le dije al Hombre, "no sabes lo que me acaba de suceder" y enseguida procedí a contarle el incidente, con algunos agregados de mi cosecha personal para hacerme la importante, es verdad. Él se rió y me dijo que por qué pensaba que me iba a insultar, yo le dije que porque estaba borracho y él me dijo: "los niños y los borrachos, siempre dicen la verdad".
Caminé del brazo del Hombre por la calle principal sintiéndome una Divina (que no soy, Ok! a veces ...) cuando veo al borracho y le doy un codazo al Hombre señalándole al tipo, "es él". Grande fue mi decepción cuando me doy cuenta que el borracho estaba diciéndole lo mismo a una señora que cargaba a su hijo en brazos. Al parecer es el borracho del pueblo y les dice lo mismo a todas.

... no tanto!

Hace siglos, cuando estaba en la universidad estudiando eso que llaman ciencias de la comunicación y que por cierto, nunca terminé (cómo se nota ¿no?) fui a una fiesta con una amiga de la uni y cuando llegamos ya la gente estaba recontra entonada, ese estado en el que piensas, jamás me pondré a nivel!, pero en fin, estuvimos conversando y tomando cuando se me acercó ... si, un borracho ( a éstas alturas ya pienso que la primera vez que el Hombre me vio fue precisamente cuando estaba borracho, pero eso es imposible, él no toma), la cosa es que el borracho estuvo de lo más bien conversando conmigo y escuchando mis razones por las que quería ser periodista, en eso me miró seriamente y me dijo: "yo sé que vas a ser una gran periodista" , me reí y lo amé porque al fin alguien veía en mí eso que yo creía tener. No lo amé tanto cuando me dijo "porque el olfato periodístico lo tienes bien marcado" señalando mi enorme narizota. Eso no fue todo, porque se volteó a los demás y con ese estruendo de voz que sólo tienen los borrachos, les dijo a todos "¿no es cierto que ella tiene un gran olfato periodístico?" , felizmente para entonces yo ya estaba lo suficientemente aderezada como para reírme con el resto y burlarme ... de mi.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Espérate un poquito Navidad

Supuestamente hoy la casa debería haber amanecido en plan navideño, pero una rápida mirada al estado de las paredes me hizo preguntar al Hombre ¿podemos pintar la sala? resultado, la Navidad se instalará recién en la quincena, lo que constituye una completa herejía en este humilde hogar que se precia de haber instaurado la, ahora familiar, costumbre de recibir Diciembre en ambiente navideño. Aunque no siempre fue así.

Cuando estaba soltera se podría decir que me gustaba la Navidad (pero no era tan fanática como ahora), con mi cuasi-gemela hermana nos encargábamos de repartir los regalos que eran unas montañas de baratijas finamente envueltas para disimular su humilde origen pero que nos hacían la fiesta.
Decorábamos la casa con lo que hubiera en stock, sin estilo definido, (nada que ver con la selección de color para la temporada navideña en mi hogar chiquito; mi árbol ha sido: multicolor, galletero, todo dorado, azul-plata, rojo-dorado, rojo-plateado, este año será todo plata, a ver si atrae algo más que polvo acumulado). La Navidad era simpática porque ya estaban los sobrinos y eso entusiasmaba, además que en casa siempre hemos sido regalones, pero, digamos que hay una etapa en que una se siente excluida de la fiesta, es como si la Navidad fuera el reino de los chicos y los grandes, de los del medio, no tanto. Por ésos días, finales de mi soltería, lo único que planeaba con esmero eran las fiestas de Año Nuevo y, cuando llegó el Hombre, los viajes a Cerro Azul, supuestamente con los chicos de la universidad, aunque en las fotos que traíamos de regreso, siempre salíamos los dos, misteriosamente solos.

El primer regalo del Hombre, antes de ser El Hombre, fue una agenda de bolsillo que me entregó en la penumbra del cine Julieta, un 25 de diciembre de hace mil años. Agradecí conmovida y me maldije en silencio por no haber tenido el detalle de llevarle aunque sea un Halls, eso, hasta que descubrí la tarjeta de un cliente suyo en la primera página de la agenda que envolvió sin revisar. Nunca se enteró, ese fue mi primer bosquejo de amor (¿una vista previa?).
Estuvimos juntos toda la tarde, sin besarnos todavía, aunque babeando por hacerlo. El primer beso llegaría recién el 28. Es curioso pero no recuerdo la película que vimos (cuando llegue, por la noche, le preguntaré). Recuerdo si la emoción de estar a su lado, en esa primera Navidad de nuestra historia, hasta recuerdo los colores que yo llevaba puestos, blanco y azulino. Una falda envolvente y un top a rayas horizontales. Supongo que tomamos lonche por ahí, no lo recuerdo muy bien pero estoy segura que así fue, lo que si recuerdo (como hoy) es cuando crucé Diagonal y lo vi esperando en ese lugar donde vendían salchipapas (no recuerdo su nombre ni sé si existirá todavía) y cómo su cara se iluminó al verme, porque yo lo vi como dos minutos antes de que él me viera.
Esa luz en su cara es mi recuerdo de nuestra primera Navidad. Esa luz en su cara guió sus pasos hacia mi corazón, aunque suene terriblemente cursi decirlo. Le invité a mi casa para Año Nuevo. El muy cabrón nunca llegó, estuvo tomando (¡tomando! él, ¡que nunca toma!) con sus compañeros de trabajo y me llamó como a las once para decirme que no llegaría. Esa fue la primera vez que lo odié a muerte y en venganza lo enamoré de mi.

Nuestras Navidades han cambiado con el matrimonio y con el niño, se podría decir que han mejorado cualitativamente. Con un niño en casa no existe la posibilidad de que la Navidad sea planta. Mi hogar se llena de alegría cuando llega Diciembre, el niño es el perfecto ayudante de Santa y el Hombre mi mejor cómplice. Este año la decoración tendrá que esperar (¡no sé si lo lograré!), mientras tanto, esa luz presente en la memoria me acompañará hasta que lleguen las otras, las descaradas luces del árbol.