*Aunque soy muuuuy floja y aceptaría de buen grado unos minutitos mas en la cama, puedo decir que me encantan las mañanitas, así, con diminutivo. Esos primeros minutos del día me llenan de esperanza, será porque todavía no "la cagué" ( en ambos sentidos!!) y eso me hace sentir libre de culpa, lo que es muy bienvenido cuando se empieza algo.
*Después de despedir a los chicos, en bata y con café en la mano (muy cachosa yo!), corro a prender la computadora y disfrutar de mis horas privadas, minutos interminables, sólo para mi. Porque la casa puede caerse, pero si no tengo ganas de ocuparme de ella, lo postergo sin remordimientos hasta el mediodía que es cuando corro como loca para "maquillarla" antes de la llegada del hombrecito.
*Lo que me lleva directamente a otro de mis momentos favoritos de la (dura) jornada: Cuando veo la silueta borrosa (los años no pasan en vano y mi 20 sobre 20 en visión ya es cosa del pasado cercano... muy cercano, casi ayer!) que se aproxima por el pasaje de la mano de su tía Carmen. Puedo jurar que el corazón me da un vuelco cuando lo veo llegar con su uniforme de hombrecito y su hermosa sonrisa, iluminando las calles con su alegría. Recibir el beso tibio de su boquita de cachorrito, sólo es el anticipo de la tarde que pasaremos juntos, entre peleas y reconciliaciones, ambas cargadas de pasión, porque así somos los dos ... loquitos apasionados.
*Luego viene el "Prime Time", que es cuando llega El Hombre y yo siento que al fin estoy completa nuevamente. A veces encuentra al hombrecito despierto y le entrega cualquier cosa que le haya traído ( últimamente es: "¿me trajiste El Expreso papá?"- está coleccionando un curso de computación ) , conversan , se ríen , se pelean y se reconcilian (casos de la vida real...) , por lo general tengo que intervenir para acostar al engendro, porque ellos no tienen límites y si los dejo se pasan hasta las tantas. Es entonces cuando nos quedamos solos, como antes. Vemos tele, generalmente películas, le hago un detallado recuento de los incidentes cotidianos mientras devoramos cualquier cosa que él prepara acompañado del obligado café de cierre. Casi siempre termino viendo la película sola porque él ya está en otra dimensión y yo tengo que hacer denodados esfuerzos por escuchar la tele por encima de sus ronquidos.
Cuando consigo zafarlo del sillón y pasarlo a la cama, después de informarle que la película de marras terminó hace hoooras, y lo que está viendo es "otra" con el mismo actor, finalmente apoyo mi cabeza en la almohada y cierro los ojos con el corazón hecho un algodón al sentir la respiración de mis hombres, tan rítmica , tan pausada , a veces con el "surround" de los ronquidos ... entonces no sé exactamente en qué momento estoy ... ¿dormida? ... ¿despierta? ... o tal vez mi vida sea el sueño de otra persona ... Aaahhhoooouuummmm!! Mejor me voy a dormir, no vaya a ser que llegue tarde a mi primer momento favorito del día ...