domingo, 4 de marzo de 2012

Soplidos en el pelo

Escucho esta canción y es como ver una película, una película nostálgica por supuesto. Yo también tuve una Mamma Maremma que se fue de la casa cuando yo todavía jugaba con muñecas y a la que recuerdo con infinito amor cada vez que escucho esta canción.
¿Cómo es que algunas canciones sirven de llaves que abren esas cerraduras que creíamos oxidadas?
Maravillas de la composición humana que siembra en nosotros semillas de plantas que germinan después de muchos años y resultan enormes árboles que nos protegerán de las sombras.
No recuerdo mucho de esos años (lo cual no es ningún misterio dada la cantidad de años que estoy viviendo! Aauch!) pero me llegan a retazos: las tortillas de espinaca, las travesuras encubiertas, y sus caricias en mi pelo acompañadas de suaves soplidos. Descubro entonces la prehistoria de mis hoy imprescindibles "piojitos" antes de dormir.
Ojalá algún día el Niño me recuerde con tanta ternura.

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