Se fue la luz. Para los que sufrimos el primer gobierno del tetis sólo fue un deja vu, pero para los niños del crecimiento sostenido era una novedad absoluta.
Eran como las siete y treinta de hace dos días, estábamos tomando lonche cuando las cosas desaparecieron ante nuestros ojos, en casa han habido apagones pero por cuestiones domésticas, el del martes fue casi general, por lo menos en esta zona no había luz.
Después de unos minutos de buscar desesperadamente una vela que nos alumbre, le dije al niño que se ponga la casaca: iríamos a dar una vuelta por la oscuridad de la noche. Al Hombrecito le brillaron los ojos lo suficiente como para encontrar la casaca y las zapatillas, salimos volando!
El pretexto fue conseguir velas porque me daba penita usar las de los rituales amorosos, ejmmm!
Caminamos un par de cuadras en completa oscuridad, aunque , a decir verdad, había una especie de luz que venía de los alrededores. Los niños (también se nos unió la prima Josefina) estaban encantados y aprovecharon para proveerse de dulces, como si la falta de luz hubiera intensificado la necesidad de algo dulce para pasar el momento.
Mientras caminaba por las calles de mi barrio, recordaba cuando, hace años y con el tetis de presidente también (qué casualidad!) vivíamos bajo la cotidianidad de los apagones, colas, escasez, terrorismo, sexo ... no! ... eso era sólo con nosotros! (je je)
De cualquier modo no pude evitar cierta nostalgia ochentanoventosa en el ambiente (si me permiten el término), y me puse a recordar.
Cuando aún éramos enamorados, el Hombre venía a verme todas las noches para espanto de dos sufridas madres, la suya y también la mía, que al caer las once y algo se asomaba y decía: ¿ese muchacho todavía está aquí?, ya es tarde! y la cosa continuaba con una fuerte explosión por alguna agencia bancaria cercana y el susodicho saliendo disparado para su casa. Entonces subía a mi cuarto para extrañarlo con comodidad y esperaba ansiosa el timbrado que anunciaba que había llegado sano y salvo a su casa, luego me metía en la cama a terminar de saborear los besos que quedaban con las ganas de siempre.
Cuando ya estuvimos casados, los apagones continuaban su estadía en la ciudad. Ahora lo esperaba sola, con el arroz masacotudo, las hamburguesas de pollo y el puré de sobre que era lo único que sabía cocinar por entonces (eso tampoco ha cambiado mucho, segurito también es culpa del tetis , malditooo!), igual lo esperaba amorosa aunque con la comida inmunda, escuchando las noticias de RPP en mi radio a pilas, la retahíla de testimonios que decían lo que todos sabíamos que "...en San Miguel no hay luz, señor periodista", como si viviésemos en otro país , claro que no había luz en San Miguel!, como no la había en toda Lima!!!, pero había que llenar la hora supongo.
El Hombre llegaba y yo lo recibía como si llegase de la guerra, lo llenaba de besos y le invitaba la porquería de siempre. Él era un ángel porque comía todo (o era un ángel o era un chancho!) y después nos íbamos a la cama abrazaditos para enseguida proceder a iluminar el continente con el fuego de nuestro amor noventoso.
El martes, mientras caminaba con el fruto de aquel fuego noventoso, y veía dibujada la fascinación por el acontecimiento tan poco usual para él, recordé con nostalgia los días aquellos. Han pasado algunos años, mi vida ha cambiado, tengo un hijo para comenzar, y resulta que volvimos con la eterna elección del menos malo que nos trajo de vuelta al barrio al crazy horse, menos crazy y más ... ¿cow?! , pero el mismo al fin y al cabo.
Cuando el Hombre llegó esa noche, nos encontró como video clip de Police, eran velas por todas partes! se cambió y se metió a la cama del niño, yo en la mía no pude evitar que una traviesa lágrima se cuele por la rendija de mis ojos achinados por la falta de luz.
Creo que se impone una nueva costumbre por lo menos una vez al mes:
¿El día del apagón?
jueves, 28 de agosto de 2008
lunes, 25 de agosto de 2008
De domingo a lunes
El niño no me hace caso, le hablo y me ignora, encima es contestón como ... lo-era-yo-con-mi-mamá ... pero cuando era adolescente, no a los siete años!!! El caso es que no me hace caso.
El Hombre me ignora frente a la computadora, entretenido en bajar millones de canciones que luego no tendrá tiempo de escuchar; por momentos se siente culpable y me besa, yo me emociono pensando que me va a sacar al parque aunque sea (ya parezco Sabrina, la perra de mi hermana!), hago innumerables esfuerzos por no mover la cola y sigo leyendo el periódico.
El niño sale con su amigo a tocar timbres por la cuadra. El Hombre pone en el equipo el nuevo CD que acaba de quemar con un millón de canciones de ... Julio Iglesias!! yo me voy al cuarto a buscar un vestido blanco, porque siempre pensé que si alguna vez me suicido lo haré con un vestido blanco, para que la sangre se luzca. Felizmente se da cuenta y retira el infame CD, "es para mi mamá", me dice como excusándose, cuando el sabe-bien-que-yo-sé-bien que cuando lo conocí casi no volví a hablarle porque descubrí que le gustaba el Julio ése.
Llega mi suegra y de frente se mete en mi cocina. Se pone a limpiarla porque siempre la encuentra sucia y yo maldigo el momento en que me dio flOh!jera limpiarla aún sabiendo que ella vendría y la escudriñaría como médico legista. Le digo "mamá deja eso", me ignora y sigue sacando mugre del cubículo que casi no uso. La dejo porque en el fondo eso es lo que quiero, que me deje limpia la cocina, pero no puedo evitar sentirme una extraña en mi propia casa.
(Acabo de darme cuenta de algo familiar, esta forma de escribir me recuerda a Jaime, que por cierto, ignora que lo amo platónicamente desde que lo veía en mi tele en b/n (era la única libre que encontré en la casa cuando quise una tele en mi cuarto) y él era el niño terrible y yo estaba terriblemente enamorada de él. Ahora está tío (iba a escribir: como yo, pero eso sería una herejía! Uf! casi...), está tío y jorobado, y también parece que volvió a las pepas de antes o nunca las dejó y ahora las combina con sus pepas de tío, esas que toma para dormir, pensar, vivir, lo-que-sea! ¿será que es lunes y sólo estoy adelantando la lectura de su columna por la noche, cuando el Hombre me traiga el Correo?)
La radio está en una emisora distinta, me da flOh!jera cambiarla y tengo que soportar la programación teenager, que tampoco está tan mal, sólo le bajaría el volumen, pero he descubierto que me crispa un poco y me gusta la sensación. A veces escucho música que no me gusta mucho pero que me carga de alguna extraña manera, la escucho en un volumen casi indecente, como para limpiar los conductos auditivos (algo así como echarle ácido muriático al inodoro ... vaya con la analogía!) y después regreso a la zona de seguridad de mi música de siempre.
Hey! ahora está sonando Maroon5 con su Sunday morning y me contagia su suave alegría.
...
Ok! Limpieza de oídos, expulsión de sonseras: bienvenido lunes!
El Hombre me ignora frente a la computadora, entretenido en bajar millones de canciones que luego no tendrá tiempo de escuchar; por momentos se siente culpable y me besa, yo me emociono pensando que me va a sacar al parque aunque sea (ya parezco Sabrina, la perra de mi hermana!), hago innumerables esfuerzos por no mover la cola y sigo leyendo el periódico.
El niño sale con su amigo a tocar timbres por la cuadra. El Hombre pone en el equipo el nuevo CD que acaba de quemar con un millón de canciones de ... Julio Iglesias!! yo me voy al cuarto a buscar un vestido blanco, porque siempre pensé que si alguna vez me suicido lo haré con un vestido blanco, para que la sangre se luzca. Felizmente se da cuenta y retira el infame CD, "es para mi mamá", me dice como excusándose, cuando el sabe-bien-que-yo-sé-bien que cuando lo conocí casi no volví a hablarle porque descubrí que le gustaba el Julio ése.
Llega mi suegra y de frente se mete en mi cocina. Se pone a limpiarla porque siempre la encuentra sucia y yo maldigo el momento en que me dio flOh!jera limpiarla aún sabiendo que ella vendría y la escudriñaría como médico legista. Le digo "mamá deja eso", me ignora y sigue sacando mugre del cubículo que casi no uso. La dejo porque en el fondo eso es lo que quiero, que me deje limpia la cocina, pero no puedo evitar sentirme una extraña en mi propia casa.
(Acabo de darme cuenta de algo familiar, esta forma de escribir me recuerda a Jaime, que por cierto, ignora que lo amo platónicamente desde que lo veía en mi tele en b/n (era la única libre que encontré en la casa cuando quise una tele en mi cuarto) y él era el niño terrible y yo estaba terriblemente enamorada de él. Ahora está tío (iba a escribir: como yo, pero eso sería una herejía! Uf! casi...), está tío y jorobado, y también parece que volvió a las pepas de antes o nunca las dejó y ahora las combina con sus pepas de tío, esas que toma para dormir, pensar, vivir, lo-que-sea! ¿será que es lunes y sólo estoy adelantando la lectura de su columna por la noche, cuando el Hombre me traiga el Correo?)
La radio está en una emisora distinta, me da flOh!jera cambiarla y tengo que soportar la programación teenager, que tampoco está tan mal, sólo le bajaría el volumen, pero he descubierto que me crispa un poco y me gusta la sensación. A veces escucho música que no me gusta mucho pero que me carga de alguna extraña manera, la escucho en un volumen casi indecente, como para limpiar los conductos auditivos (algo así como echarle ácido muriático al inodoro ... vaya con la analogía!) y después regreso a la zona de seguridad de mi música de siempre.
Hey! ahora está sonando Maroon5 con su Sunday morning y me contagia su suave alegría.
...
Ok! Limpieza de oídos, expulsión de sonseras: bienvenido lunes!
jueves, 21 de agosto de 2008
Ay! los juegos!
Ayer por la mañana estuve prendida de la tele (recién, después de la inauguración de los Juegos Olímpicos si he de ser sincera) y vi algunas pruebas de atletismo, gimnasia y el básquet que clasificó a Argentina.
Hay un jamaiquino (y aquí es cuando debiera googlear pero no lo haré porque soy consecuente con mi blog!), el asunto es que el pata entró a la pista como monarca, hasta se dio el lujo de calcular su ingreso cuando no había ninguna competencia top que le hiciera sombra. Saludos por aquí y por allá, la gente lo vitoreaba porque resulta que es un fuera de serie. En el partidor, cuando anunciaron su nombre, ahí estaba él con su sonrisa y poses de divo coqueteando con la cámara al mejor estilo figureti, en ese momento yo pensaba éste no gana, está muy confiado.
Comenzó la carrera y el tipo nunca aflojó, parecía que corría en otra dimensión. Sus infinitas extremidades (al menos a mi me lo parecieron!) lo hacían ver como un pulpo o una araña patuda. Ahí es cuando pensé: le voy al negro!. Era una cosa de otro mundo verlo correr. Por supuesto que ganó, cualquiera que vea noticieros ya lo sabe y hasta con nombre y apellidos.
Lo bueno vino cuando repitieron la carrera con efectos de cámara lenta y todo. Como el jamaiquino era recontra favorito (algo que yo ignoraba, of course!) le pusieron cámaras hasta en el pelo!
(Acabo de ver la final de otra prueba -N metros- y la ganó ooootra jamaiquina ¡¿qué les dan por tutatis?!)
Regresando al dios jamaiquino. Pude ver nuevamente la prueba, pero esta vez con una cámara que sólo lo siguió a él, de frente y en paralelo. Una bestia! se podía ver el movimiento de cada músculo en una armonía digna de una función de ballet. Casi sentía su respiración tomando aire con la nariz y administrándolo con inteligencia mientras continuaba la coreografía de sus músculos que seguían atolondrándome.
Obviamente no necesité bailar para entrar a la ducha! ja ja
Esta mañana estuve prendida del vóley. Es un escándalo ver a Brasil ahora cuando se piensa que en los años bizcochos estaba por debajo de nosotros. ¿En qué momento se jodió el vóley peruano?
Mientras despejaba de mi mente esas sombras, me concentraba en el partido. Para mi el vóley es el deporte en equipo más justo: la haces, punto! fallas, punto pal otro!
Además que tiene una belleza que hace que cualquiera pueda disfrutarlo, no necesitas ser un experto en el reglamento del juego, sólo hay que estar atento al tejido del juego coral. Se tejen maravillas en una cancha de vóley! y de las emociones ni qué decir, a mi el vóley me apasiona!
(¡¡¡¡Están premiando al jamaiquino, se llama Usain Bolt y la prueba que vi eran los 200 mts. planos!!!!)
Si, el vóley me apasiona y es el único deporte que puede sacarme de mi flOh!jera y ponerme de patitas en la cancha! y por supuesto que me hace ver los partidos de pie o caminando nerviosamente por la sala en los últimos puntos de un set definitorio. Los partidos de vóley son rapidísimos, pasa al fútbol y parece que jugaran en cámara lenta!, lo que me hace verlos gritando cada movimiento (y en el vóley hay taaantos!) para desesperación de cualquiera que se encuentre en unos pocos kilómetros a la redonda de mi posición (creo que ahora entiendo por qué el Hombre hoy se fue al trabajo más temprano que nunca!). La gritadera se da por descontada en cualquier cosa que me guste ... pero no quiero desviarme, estoy hablando de deportes ahora!
Estuve pensando también (en los momentos en que mis gritos no me aturdían!) que si la selección nacional de vóley hubiera clasificado (¿alguien sabe cómo quedó Venezuela?) y yo hubiese estado viendo a mi selección, tal vez no hubiera disfrutado plenamente la belleza del juego, invadida, como suelo invadirme, por mi propio desborde pasional. ¿Sería así? Mmmmm!
En éstos momentos están pasando pruebas de jabalina, fútbol femenino, y seguramente seguirán las premiaciones, lo que sería un post aparte, ya que suelo emocionarme como si estuvieran premiando a un hijo mío. Hago la finta de cantar el himno de turno y, cómo no, sigue la carrera de las lágrimas haciendo sus propios 5 cms. curvos ...
GOOOOL de Estados Unidos!!!!
(Ay! ¿no ven que yo me emociono por cualquier cosa? ¡¡si yo quiero que gane Brasil!!)
Hay un jamaiquino (y aquí es cuando debiera googlear pero no lo haré porque soy consecuente con mi blog!), el asunto es que el pata entró a la pista como monarca, hasta se dio el lujo de calcular su ingreso cuando no había ninguna competencia top que le hiciera sombra. Saludos por aquí y por allá, la gente lo vitoreaba porque resulta que es un fuera de serie. En el partidor, cuando anunciaron su nombre, ahí estaba él con su sonrisa y poses de divo coqueteando con la cámara al mejor estilo figureti, en ese momento yo pensaba éste no gana, está muy confiado.
Comenzó la carrera y el tipo nunca aflojó, parecía que corría en otra dimensión. Sus infinitas extremidades (al menos a mi me lo parecieron!) lo hacían ver como un pulpo o una araña patuda. Ahí es cuando pensé: le voy al negro!. Era una cosa de otro mundo verlo correr. Por supuesto que ganó, cualquiera que vea noticieros ya lo sabe y hasta con nombre y apellidos.
Lo bueno vino cuando repitieron la carrera con efectos de cámara lenta y todo. Como el jamaiquino era recontra favorito (algo que yo ignoraba, of course!) le pusieron cámaras hasta en el pelo!
(Acabo de ver la final de otra prueba -N metros- y la ganó ooootra jamaiquina ¡¿qué les dan por tutatis?!)
Regresando al dios jamaiquino. Pude ver nuevamente la prueba, pero esta vez con una cámara que sólo lo siguió a él, de frente y en paralelo. Una bestia! se podía ver el movimiento de cada músculo en una armonía digna de una función de ballet. Casi sentía su respiración tomando aire con la nariz y administrándolo con inteligencia mientras continuaba la coreografía de sus músculos que seguían atolondrándome.
Obviamente no necesité bailar para entrar a la ducha! ja ja
Esta mañana estuve prendida del vóley. Es un escándalo ver a Brasil ahora cuando se piensa que en los años bizcochos estaba por debajo de nosotros. ¿En qué momento se jodió el vóley peruano?
Mientras despejaba de mi mente esas sombras, me concentraba en el partido. Para mi el vóley es el deporte en equipo más justo: la haces, punto! fallas, punto pal otro!
Además que tiene una belleza que hace que cualquiera pueda disfrutarlo, no necesitas ser un experto en el reglamento del juego, sólo hay que estar atento al tejido del juego coral. Se tejen maravillas en una cancha de vóley! y de las emociones ni qué decir, a mi el vóley me apasiona!
(¡¡¡¡Están premiando al jamaiquino, se llama Usain Bolt y la prueba que vi eran los 200 mts. planos!!!!)
Si, el vóley me apasiona y es el único deporte que puede sacarme de mi flOh!jera y ponerme de patitas en la cancha! y por supuesto que me hace ver los partidos de pie o caminando nerviosamente por la sala en los últimos puntos de un set definitorio. Los partidos de vóley son rapidísimos, pasa al fútbol y parece que jugaran en cámara lenta!, lo que me hace verlos gritando cada movimiento (y en el vóley hay taaantos!) para desesperación de cualquiera que se encuentre en unos pocos kilómetros a la redonda de mi posición (creo que ahora entiendo por qué el Hombre hoy se fue al trabajo más temprano que nunca!). La gritadera se da por descontada en cualquier cosa que me guste ... pero no quiero desviarme, estoy hablando de deportes ahora!
Estuve pensando también (en los momentos en que mis gritos no me aturdían!) que si la selección nacional de vóley hubiera clasificado (¿alguien sabe cómo quedó Venezuela?) y yo hubiese estado viendo a mi selección, tal vez no hubiera disfrutado plenamente la belleza del juego, invadida, como suelo invadirme, por mi propio desborde pasional. ¿Sería así? Mmmmm!
En éstos momentos están pasando pruebas de jabalina, fútbol femenino, y seguramente seguirán las premiaciones, lo que sería un post aparte, ya que suelo emocionarme como si estuvieran premiando a un hijo mío. Hago la finta de cantar el himno de turno y, cómo no, sigue la carrera de las lágrimas haciendo sus propios 5 cms. curvos ...
GOOOOL de Estados Unidos!!!!
(Ay! ¿no ven que yo me emociono por cualquier cosa? ¡¡si yo quiero que gane Brasil!!)
martes, 19 de agosto de 2008
Cambios
Hace poco un amigo me hizo caer en cuenta que mi blog se había quedado sin nombre, horror!!
Lo que este buen amigo no puede saber es que siempre me gustó cambiar las cosas y al hacerlo aquí con la foto, en algún momento se fue también el título. Aunque leyendo la primera frase de cualquier entrada ya uno podría darse cuenta de que ésto sólo lo podría haber escrito una mente Oh!ciosa y como que el título está demás ¿no?
Cuando era soltera y mi cuarto era mío, sólo mío, siempre estaba cambiando la posición de los muebles, si algún despistado entraba rápidamente, podía sufrir un repentino golpe producto del encuentro con un mueble igual de despistado. Era una cosa loca y seguramente tendría una explicación psicótica, perdón, psicológica! El caso es que me encantaba cambiar el paisaje de mi cuarto según mi estado anímico de la semana, seguramente me hacía sentir que mi rutinaria vida (de la casa al trabajo, del trabajo a la universidad y de ahí nuevamente a la casa ... uf!) no lo era tanto si al levantarme desconocía la habitación ... claro que la sensación hubiera sido completa si la nueva habitación también incluyese algún ejemplar masculino para intensificar el estilo, pero ni modo, mis papis no lo hubieran entendido como una nueva tendencia en decoración, lástima.
Lo mismo pasaba con casi todo, los peinados, por ejemplo. Durante mucho tiempo llevé el estilo Cleopatra, hasta que lo cambié por el carré, grande fue mi decepción al comprobar que eran ... el mismo corte!! pero eso lo supe recién cuando me metí de lleno en el glamoroso mundo de la belleza. A partir de entonces ya los cambios incluían nuevos colores a mi mínima cabellera, un día era pelirroja y a la semana ya tenía un mechón rubio en la frente, eso pasa cuando no consigues modelos para las clases de tinturación!
Qué no me habré hecho por aquellos días, bueno todo menos laciado porque mi cabello natural pareciera que acabara de salir de un planchado profundo, una cualidad que aprendí a apreciar a partir de las clases de cepillado, una verdadera tortura, tanto para el que la recibe como para el que la da, ay! mis brazos!
Mi letra. Una de mis grandes frustraciones es que nunca conseguí un estilo único para mi caligrafía y de eso pueden dar fe mis múltiples cuadernos precursores de estas letras apantalladas. Cuando pareciera que ya encontré mi verdadero estilo, mis dedos insisten en darle nuevos e insospechados matices a mis desorientadas letras para irritación de mi lado armónico, que en algún rincón sobrevive, sabe quién cómo, a esta avalancha de cambios que me visitan a menudo. El resultado es un desfile alfabético de caracteres filudos que se mueven de izquierda a derecha sin ningún orden.
En mis actuales dominios no cabe el tema del cambio de look para ningún ambiente, porque correríamos todos el riesgo de que algo nos caiga en la cabeza malogrando así la decoración de nuestras cabezas, eso que llaman decoración de interiores. Los muebles ya encontraron su propio espacio y de allí nadie los mueve ... porque no hay dónde!!
Seguramente por eso constantemente estoy cambiando algo por aquí. ¿Será que mi vida ya encontró su propio espacio y al no tener nada que cambiar por allá lo hago por acá? Noooo!
Una vida sin cambios perdería su lógica. Yo quiero seguir cambiándolo todo, para comenzar, cambiando el término. Hay cosas que no necesitan cambios, sólo mejoras.
Lo que este buen amigo no puede saber es que siempre me gustó cambiar las cosas y al hacerlo aquí con la foto, en algún momento se fue también el título. Aunque leyendo la primera frase de cualquier entrada ya uno podría darse cuenta de que ésto sólo lo podría haber escrito una mente Oh!ciosa y como que el título está demás ¿no?
Cuando era soltera y mi cuarto era mío, sólo mío, siempre estaba cambiando la posición de los muebles, si algún despistado entraba rápidamente, podía sufrir un repentino golpe producto del encuentro con un mueble igual de despistado. Era una cosa loca y seguramente tendría una explicación psicótica, perdón, psicológica! El caso es que me encantaba cambiar el paisaje de mi cuarto según mi estado anímico de la semana, seguramente me hacía sentir que mi rutinaria vida (de la casa al trabajo, del trabajo a la universidad y de ahí nuevamente a la casa ... uf!) no lo era tanto si al levantarme desconocía la habitación ... claro que la sensación hubiera sido completa si la nueva habitación también incluyese algún ejemplar masculino para intensificar el estilo, pero ni modo, mis papis no lo hubieran entendido como una nueva tendencia en decoración, lástima.
Lo mismo pasaba con casi todo, los peinados, por ejemplo. Durante mucho tiempo llevé el estilo Cleopatra, hasta que lo cambié por el carré, grande fue mi decepción al comprobar que eran ... el mismo corte!! pero eso lo supe recién cuando me metí de lleno en el glamoroso mundo de la belleza. A partir de entonces ya los cambios incluían nuevos colores a mi mínima cabellera, un día era pelirroja y a la semana ya tenía un mechón rubio en la frente, eso pasa cuando no consigues modelos para las clases de tinturación!
Qué no me habré hecho por aquellos días, bueno todo menos laciado porque mi cabello natural pareciera que acabara de salir de un planchado profundo, una cualidad que aprendí a apreciar a partir de las clases de cepillado, una verdadera tortura, tanto para el que la recibe como para el que la da, ay! mis brazos!
Mi letra. Una de mis grandes frustraciones es que nunca conseguí un estilo único para mi caligrafía y de eso pueden dar fe mis múltiples cuadernos precursores de estas letras apantalladas. Cuando pareciera que ya encontré mi verdadero estilo, mis dedos insisten en darle nuevos e insospechados matices a mis desorientadas letras para irritación de mi lado armónico, que en algún rincón sobrevive, sabe quién cómo, a esta avalancha de cambios que me visitan a menudo. El resultado es un desfile alfabético de caracteres filudos que se mueven de izquierda a derecha sin ningún orden.
En mis actuales dominios no cabe el tema del cambio de look para ningún ambiente, porque correríamos todos el riesgo de que algo nos caiga en la cabeza malogrando así la decoración de nuestras cabezas, eso que llaman decoración de interiores. Los muebles ya encontraron su propio espacio y de allí nadie los mueve ... porque no hay dónde!!
Seguramente por eso constantemente estoy cambiando algo por aquí. ¿Será que mi vida ya encontró su propio espacio y al no tener nada que cambiar por allá lo hago por acá? Noooo!
Una vida sin cambios perdería su lógica. Yo quiero seguir cambiándolo todo, para comenzar, cambiando el término. Hay cosas que no necesitan cambios, sólo mejoras.
sábado, 16 de agosto de 2008
Mente sabática
¿Como será eso? , ¿como que la mente se puso en off?, pero si ese es el estado natural de mi mente!!
Veamos lo que cuenta esta mente sabática. Acabo de leer un par de cosas curiosas en el Somos, y comenzaré por la que me causó más gracia.
* "Lanzan I-phone en Lima el 22 de Agosto. Hay cien mil personas inscritas. Ochenta mil no saben para qué sirve."
(¡¿...?!) ja ja ja ja Es que si hay un público novelero para todo, ése es el limeño! yo creo que si tuviese que describir una característica típicamente limeña a algún foráneo, podría usar el artículo y quedaría re-bien.
A mi esas cosas tecnológicas me van muy mal. Con las justas tengo la compu y el celular. La primera ya encontró su lugar en mi vida y está instalada como una reina en ella. Sinceramente me podría quedar sin gas (para la cocinaaa!!), sin línea telefónica (lástima que venga enganchada con el internet!) , pero sin mi querida "Ibi" y su respectiva conexión a la Red, ahí si que me sentiría casi-casi miserable. La pobre está hasta las patas, y si no fuera porque Blogger tiene una magnífica herramienta que guarda automáticamente lo que garrapateo en la pantalla, ahora estaría con los nervios de punta esperando el repentino patatús de mi compu.
El celular lo compré porque hace dos años estuve metida en el asunto de la graduación de mi enano en ... el nido!!! Ay! pero éso está como para otro post y también para otra ilustración sobre la idiosincrasia limeña, aunque creo que la huachafada se dá por todos lados, en fin!
El dichoso aparatito demostró su utilidad mientras correteaba proveedores y no puedo negar que me gustó el aire de ejecutiva que aportó a mi style. Amén del interesante jueguito que descubrí, ése, el de los mensajitos hot al Hombre!
Hasta ahí llego con el aparatejo, sólo lo uso para recibir llamadas del niño cuando me escapo en plan de soltera con su padre, o para ruborizar a éste último en la chamba con mis mensajes candentes. También para chequearlo al mínimo! por qué negarlo. Es que como el Hombre también pertenece al Club de los sin/cel-sin/reloj del cual soy presidenta honoraria, tuve que regalarle uno para el día del padre del año pasado, así somos dos los metidos en el asunto de la ubicuidad.
Cuando salieron los celulares a precios accesibles, yo juraba que nuuunca tendría uno, a mi no me gusta ser ubicable, le resta glamour a mi misteriosa existencia. Que lo usen los médicos!, decía yo, a mi nadie me necesita con tanta urgencia como para estar al tanto de mis pasos por el mundo (hmmm!) total, hay teléfonos públicos por todas partes. Resulta que hace poco me enteré que en algunas ciudades de USA ya los están retirando, seguramente para poner en su lugar paneles publicitarios de ... celulares!
Mi cel es de una simpleza casi perfecta, sólo le pediría unos números más grandes para poder prescindir de los lentes cada vez que debo usarlo Grr! A mi no me interesan sus otras funciones porque sólo lo uso para comunicarme ¿qué no es para eso que ha sido creado? y aquí es cuando me alejo significativamente de lo moderno y la verdad que ni falta me hace ser moderna si lo que yo quiero es comunicarme y punto. Tu-ti-ta-tu ... riiiiing! listo!
La otra lectura que descubrí (fascinada! he de decirlo) se refiere a una consulta en el Campo de Venus. Agárrense bien!:
* "Como a mi señora ya no le provoca tener relaciones conmigo, cada vez que quiero algo con ella me cobra."
(¡¿...?!) Uyuyuuuuy!
... un momento ... Merde!
... está sonando el ceeeel!!!!
Veamos lo que cuenta esta mente sabática. Acabo de leer un par de cosas curiosas en el Somos, y comenzaré por la que me causó más gracia.
* "Lanzan I-phone en Lima el 22 de Agosto. Hay cien mil personas inscritas. Ochenta mil no saben para qué sirve."
(¡¿...?!) ja ja ja ja Es que si hay un público novelero para todo, ése es el limeño! yo creo que si tuviese que describir una característica típicamente limeña a algún foráneo, podría usar el artículo y quedaría re-bien.
A mi esas cosas tecnológicas me van muy mal. Con las justas tengo la compu y el celular. La primera ya encontró su lugar en mi vida y está instalada como una reina en ella. Sinceramente me podría quedar sin gas (para la cocinaaa!!), sin línea telefónica (lástima que venga enganchada con el internet!) , pero sin mi querida "Ibi" y su respectiva conexión a la Red, ahí si que me sentiría casi-casi miserable. La pobre está hasta las patas, y si no fuera porque Blogger tiene una magnífica herramienta que guarda automáticamente lo que garrapateo en la pantalla, ahora estaría con los nervios de punta esperando el repentino patatús de mi compu.
El celular lo compré porque hace dos años estuve metida en el asunto de la graduación de mi enano en ... el nido!!! Ay! pero éso está como para otro post y también para otra ilustración sobre la idiosincrasia limeña, aunque creo que la huachafada se dá por todos lados, en fin!
El dichoso aparatito demostró su utilidad mientras correteaba proveedores y no puedo negar que me gustó el aire de ejecutiva que aportó a mi style. Amén del interesante jueguito que descubrí, ése, el de los mensajitos hot al Hombre!
Hasta ahí llego con el aparatejo, sólo lo uso para recibir llamadas del niño cuando me escapo en plan de soltera con su padre, o para ruborizar a éste último en la chamba con mis mensajes candentes. También para chequearlo al mínimo! por qué negarlo. Es que como el Hombre también pertenece al Club de los sin/cel-sin/reloj del cual soy presidenta honoraria, tuve que regalarle uno para el día del padre del año pasado, así somos dos los metidos en el asunto de la ubicuidad.
Cuando salieron los celulares a precios accesibles, yo juraba que nuuunca tendría uno, a mi no me gusta ser ubicable, le resta glamour a mi misteriosa existencia. Que lo usen los médicos!, decía yo, a mi nadie me necesita con tanta urgencia como para estar al tanto de mis pasos por el mundo (hmmm!) total, hay teléfonos públicos por todas partes. Resulta que hace poco me enteré que en algunas ciudades de USA ya los están retirando, seguramente para poner en su lugar paneles publicitarios de ... celulares!
Mi cel es de una simpleza casi perfecta, sólo le pediría unos números más grandes para poder prescindir de los lentes cada vez que debo usarlo Grr! A mi no me interesan sus otras funciones porque sólo lo uso para comunicarme ¿qué no es para eso que ha sido creado? y aquí es cuando me alejo significativamente de lo moderno y la verdad que ni falta me hace ser moderna si lo que yo quiero es comunicarme y punto. Tu-ti-ta-tu ... riiiiing! listo!
La otra lectura que descubrí (fascinada! he de decirlo) se refiere a una consulta en el Campo de Venus. Agárrense bien!:
* "Como a mi señora ya no le provoca tener relaciones conmigo, cada vez que quiero algo con ella me cobra."
(¡¿...?!) Uyuyuuuuy!
... un momento ... Merde!
... está sonando el ceeeel!!!!
miércoles, 6 de agosto de 2008
De baile y hombres
El Hombre no baila. Si pues, no le gusta, no sabe, no le interesa!
Todo no pasaría de una característica personal si no fuera por que a mi: me encanta bailaaar!!!!!
¿Por qué será que los hombres que me han interesado siempre han coincidido en no gustarles el bailongo?
¿Qué retorcido hilo conductor hace que me atraigan los hombres negados para lo que a mi tanto me gusta?
Yo bailo con roche, con roche para los que me ven bailar, porque a mi me llega altamente que la gente piense que soy una bataclana frustrada (porque frustrada, no soy!) y que me alucine Madonna en la pista de baile, pero es que a mi me gusta el espectáculo pues!
Por eso me gusta bailar en casa, con los míos (como el sábado!) porque ya todos me conocen y no se espantan ante mis estiradas de brazos (ya aprendieron a esquivarlos!), mis gritos desaforados y toda la parafernalia que incluye un maquillaje con harto drama y lo más apretado de mi vestuario para sentirme liviana ¿cómo es éso? , no tengo idea!
A mi el baile me transporta al mundo en el que quisiera vivir. Con música y luces bajas, yo simplemente dejo que mi cuerpo me lleve a donde nadie ha llegado jamás ... no, esa es una serie antigua! (cómo me gustaba el pelado de la Next Generation ... !)
Recuerdo cuando, a los 25 años!, inicié mi primera clase de Ballet. En un séptimo piso de un antiguo edificio de la Av. Abancay, yo daba mis primeros pasos junto a otras niñas (ellas si, de 10 años!) y una despistada y loca amiga que fue la que me llevó.
El primer día mi amiga no fue. Recuerdo que mientras me cambiaba, veía a las enanas que me miraban (tan grandota yo) nadie me habló, pero yo supe que se reían ... y no precisamente conmigo!
Salimos al salón rodeado de espejos ... ahí supe que ése era mi lugar en el mundo!! me podía ver en 360°, el paraíso!! El maestro nos hizo parar al lado de las barras y nos dio las primeras lecciones. En la siguiente hora yo escuchaba el fuerte latir de mi corazón a mil por hora ... también escuchaba el crujir de mis huesos pero les hice creer a todos que eran las maderas del piso. ay! profe, el piso, cómo cruje...
Para cuando terminó la clase yo ya estaba en las piernas del profesor recibiendo masajes en la espalda y muerta de risa con mi nuevo amigo gay. No fue hasta la noche, cuando hablé por teléfono con mi amiga (la faltona) que me di cuenta que el profesor era medio raro ...
-Loca! él no es gay! tiene pareja y un hijo!!
-Glup!
Qué días tan fantásticos (nada que ver con la publicidad!) aquellos. Cuando terminaban las clases, nos íbamos al salón dónde practicaban los del elenco de la escuela, los veíamos como quien ve a los propios Dioses.
-Nunca seremos como ellos ...
-...
Si pues, no había nadie que nos diga "Si! y hasta pueden ser mejores!". Pero nada podría haber roto la magia del momento, ver esos cuerpos perfectos y dotados del talento que jamás tendríamos nosotras (hablo de mi amiga y yo, las viejas!) y soñar con que algún día bailaríamos así.
Fue la mejor época de mi cuerpo porque efectivamente nunca más me sentí tan dueña de mi envoltura. Todo estaba en su lugar y en forma, descubrí músculos que no sabía que tenía, hasta podría haber pasado casting en un Circo! El Hombre me iba a buscar a la salida de clases y de ahí me llevaba a un lugar privado (si, un telo!!) y él, sentado en la cama, muy intrigado me preguntaba:
-¿Qué aprendiste hoy?
Lo malo es que nunca pudo saber lo que aprendí porque se me tiraba encima cuando yo aún no había colocado mis pies en posición 2, no digo que fue la mejor época de mi cuerpo!!
Estuve muy poco tiempo en el Ballet, se cruzaba con el trabajo y la universidad, pero ese poco tiempo me sirvió para alimentar el alma para mis próximas 5 vidas!
Todavía sigo sin comprender por qué los hombres que me parecen interesantes odian bailar. ¿Será una paradoja de mi destino? ¿la ley de compensaciones? Total, yo bailo por tres!
Tal vez todo está perfectamente calculado: yo soy el espectáculo y el Hombre el espectador. ¿Será así de simple?
Mientras resuelvo el misterio yo sigo bailando nomas. Casi todos los días bailo antes de entrar a la ducha, bailo con los ojos cerrados (creo que acabo de descubrir la razón de esos moretones cuyo origen no recuerdo!) presa de la mayor alegría, y bailo para mi solita
...imaginando que soy algo más que ésto que deambula por el planeta.
Todo no pasaría de una característica personal si no fuera por que a mi: me encanta bailaaar!!!!!
¿Por qué será que los hombres que me han interesado siempre han coincidido en no gustarles el bailongo?
¿Qué retorcido hilo conductor hace que me atraigan los hombres negados para lo que a mi tanto me gusta?
Yo bailo con roche, con roche para los que me ven bailar, porque a mi me llega altamente que la gente piense que soy una bataclana frustrada (porque frustrada, no soy!) y que me alucine Madonna en la pista de baile, pero es que a mi me gusta el espectáculo pues!
Por eso me gusta bailar en casa, con los míos (como el sábado!) porque ya todos me conocen y no se espantan ante mis estiradas de brazos (ya aprendieron a esquivarlos!), mis gritos desaforados y toda la parafernalia que incluye un maquillaje con harto drama y lo más apretado de mi vestuario para sentirme liviana ¿cómo es éso? , no tengo idea!
A mi el baile me transporta al mundo en el que quisiera vivir. Con música y luces bajas, yo simplemente dejo que mi cuerpo me lleve a donde nadie ha llegado jamás ... no, esa es una serie antigua! (cómo me gustaba el pelado de la Next Generation ... !)
Recuerdo cuando, a los 25 años!, inicié mi primera clase de Ballet. En un séptimo piso de un antiguo edificio de la Av. Abancay, yo daba mis primeros pasos junto a otras niñas (ellas si, de 10 años!) y una despistada y loca amiga que fue la que me llevó.
El primer día mi amiga no fue. Recuerdo que mientras me cambiaba, veía a las enanas que me miraban (tan grandota yo) nadie me habló, pero yo supe que se reían ... y no precisamente conmigo!
Salimos al salón rodeado de espejos ... ahí supe que ése era mi lugar en el mundo!! me podía ver en 360°, el paraíso!! El maestro nos hizo parar al lado de las barras y nos dio las primeras lecciones. En la siguiente hora yo escuchaba el fuerte latir de mi corazón a mil por hora ... también escuchaba el crujir de mis huesos pero les hice creer a todos que eran las maderas del piso. ay! profe, el piso, cómo cruje...
Para cuando terminó la clase yo ya estaba en las piernas del profesor recibiendo masajes en la espalda y muerta de risa con mi nuevo amigo gay. No fue hasta la noche, cuando hablé por teléfono con mi amiga (la faltona) que me di cuenta que el profesor era medio raro ...
-Loca! él no es gay! tiene pareja y un hijo!!
-Glup!
Qué días tan fantásticos (nada que ver con la publicidad!) aquellos. Cuando terminaban las clases, nos íbamos al salón dónde practicaban los del elenco de la escuela, los veíamos como quien ve a los propios Dioses.
-Nunca seremos como ellos ...
-...
Si pues, no había nadie que nos diga "Si! y hasta pueden ser mejores!". Pero nada podría haber roto la magia del momento, ver esos cuerpos perfectos y dotados del talento que jamás tendríamos nosotras (hablo de mi amiga y yo, las viejas!) y soñar con que algún día bailaríamos así.
Fue la mejor época de mi cuerpo porque efectivamente nunca más me sentí tan dueña de mi envoltura. Todo estaba en su lugar y en forma, descubrí músculos que no sabía que tenía, hasta podría haber pasado casting en un Circo! El Hombre me iba a buscar a la salida de clases y de ahí me llevaba a un lugar privado (si, un telo!!) y él, sentado en la cama, muy intrigado me preguntaba:
-¿Qué aprendiste hoy?
Lo malo es que nunca pudo saber lo que aprendí porque se me tiraba encima cuando yo aún no había colocado mis pies en posición 2, no digo que fue la mejor época de mi cuerpo!!
Estuve muy poco tiempo en el Ballet, se cruzaba con el trabajo y la universidad, pero ese poco tiempo me sirvió para alimentar el alma para mis próximas 5 vidas!
Todavía sigo sin comprender por qué los hombres que me parecen interesantes odian bailar. ¿Será una paradoja de mi destino? ¿la ley de compensaciones? Total, yo bailo por tres!
Tal vez todo está perfectamente calculado: yo soy el espectáculo y el Hombre el espectador. ¿Será así de simple?
Mientras resuelvo el misterio yo sigo bailando nomas. Casi todos los días bailo antes de entrar a la ducha, bailo con los ojos cerrados (creo que acabo de descubrir la razón de esos moretones cuyo origen no recuerdo!) presa de la mayor alegría, y bailo para mi solita
...imaginando que soy algo más que ésto que deambula por el planeta.
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