jueves, 4 de diciembre de 2008

A mi los borrachos ...

... me encantan!

El otro día estaba sentada en la plaza de un pueblito pesquero del norte chico, cuna de una importante cultura pre-colombina ... Chancay, pues! y se acerca un hombre que al verme se quedó paralizado, no me tomó más de un segundo darme cuenta que estaba borracho, cuando iba a proseguir su camino, volvió a detenerse dramáticamente (yo sentí mis antenitas de vinil cómo se erectaban, no había tiempo para salir corriendo) y mirándome fijamente me dijo: "sabes que eres guapa" ... yo, que estaba a punto de devolverle el insulto, me quedé pasmada, esbocé una sonrisa nerviosaza y el tipo dijo: "¡eres guapísima!", ni modo, le sonreí y busqué nerviosamente con la mirada a mis chicos que se habían alejado en busca de un helado. El hombre seguía mirándome y yo temiendo que le dieran diablos azules y finalmente me insultara o cualquier otra cosa que hagan los borrachos, nada, sin dejar de mirarme se alejó guiñándome el ojo.

Cuando llegaron los chicos, le dije al Hombre, "no sabes lo que me acaba de suceder" y enseguida procedí a contarle el incidente, con algunos agregados de mi cosecha personal para hacerme la importante, es verdad. Él se rió y me dijo que por qué pensaba que me iba a insultar, yo le dije que porque estaba borracho y él me dijo: "los niños y los borrachos, siempre dicen la verdad".
Caminé del brazo del Hombre por la calle principal sintiéndome una Divina (que no soy, Ok! a veces ...) cuando veo al borracho y le doy un codazo al Hombre señalándole al tipo, "es él". Grande fue mi decepción cuando me doy cuenta que el borracho estaba diciéndole lo mismo a una señora que cargaba a su hijo en brazos. Al parecer es el borracho del pueblo y les dice lo mismo a todas.

... no tanto!

Hace siglos, cuando estaba en la universidad estudiando eso que llaman ciencias de la comunicación y que por cierto, nunca terminé (cómo se nota ¿no?) fui a una fiesta con una amiga de la uni y cuando llegamos ya la gente estaba recontra entonada, ese estado en el que piensas, jamás me pondré a nivel!, pero en fin, estuvimos conversando y tomando cuando se me acercó ... si, un borracho ( a éstas alturas ya pienso que la primera vez que el Hombre me vio fue precisamente cuando estaba borracho, pero eso es imposible, él no toma), la cosa es que el borracho estuvo de lo más bien conversando conmigo y escuchando mis razones por las que quería ser periodista, en eso me miró seriamente y me dijo: "yo sé que vas a ser una gran periodista" , me reí y lo amé porque al fin alguien veía en mí eso que yo creía tener. No lo amé tanto cuando me dijo "porque el olfato periodístico lo tienes bien marcado" señalando mi enorme narizota. Eso no fue todo, porque se volteó a los demás y con ese estruendo de voz que sólo tienen los borrachos, les dijo a todos "¿no es cierto que ella tiene un gran olfato periodístico?" , felizmente para entonces yo ya estaba lo suficientemente aderezada como para reírme con el resto y burlarme ... de mi.

9 comentarios:

Marysol Salval dijo...

Hola, Fabu...no, no creas que no he querido venir a verte, es que estoy muy liada con el trabajo...Ufff...Temporada de verano para los turistas por aqui , y para mi, full chamba!!...como dirían mis hijas.
Siempre disfruto tus textos pues tienes una manera de contar las cosas que me encanta. No es cierto que los borrachos y los niños dicen siempre la verdad...yo tengo pruebas que algunas veces mienten y muy bien! :)
Besitos, amiga, y que tengas un hermoso fin de semana.

FabuMona dijo...

*Marysol,
Hooola! Temporada de verano, suena bien!

Tienes razón en cuanto a los borrachos, porque el desenfado que da el alcohol lima algunas asperezas de las mentiras haciéndolas fluir más fácilmente sin que una las detecte, en todo caso se les puede creer según nuestra conveniencia ¿no?

Besotes y estupendo fin de semana para ti también!

Renzo dijo...

Ja ja ja
Muy entretenido tu post.

Rolando Escaró dijo...

jajaja las cosas que afloran con el alcohol

aunque creo que la ocurrencia del primer borrachito de la historia fue de lejos mejor que la segunda

Damian dijo...

bueno al parecer tenemos alogm as en comun tambien deje la uni, aunq pienso retormar y terminar periodismo el prox año.
borrachos mis compañeros de trabajo q son impresentables, ni te los menciono, creo q depende de la persona, el alcohol pone en evidencia algunas taras, bueno en mi caso no, yo o me duermo o me pongo a llorar cuando estoy en estado etilico

Anónimo dijo...

Jajajajajajajaja.

A ver, borrachos a mi no me gustan, sólo mi marido PERO NO TOMA! Sabes que jamás he sabido lo que es ver llegar a tu marido sampado un fin de semana. Sólo una vez y fue cuando se enteró que venía Ale en camino, me dio tanta pena ver que después de media hora no le chuntaba con la llave a la puerta de la casa que salí, le abrí la puerta, lo apoyé en mi y lo llevé a la cama a dormir. Sólo atinó a decirme: "Amor, es muy tarde, perdóname". Creo que si me gustan los borrachos, bueno sólo mi marido.

Un abrazo,

Lu
Mamá de DOS chancletas

FabuMona dijo...

Si, claro, ríanse todos ...
(Aaay!)

El Chico Nube dijo...

Jajaja, qué buena historia! No será la más romántica, pero es divertidísima.

A mí me encanta estar borracho, debo confesar. Aunque nunca tan mal [bueno, a veces]. Y sospecho de la gente no prueba una gota.

Pollo especialista dijo...

jajaja...que buenas ocurrencias!!!