El Hombre no baila. Si pues, no le gusta, no sabe, no le interesa!
Todo no pasaría de una característica personal si no fuera por que a mi: me encanta bailaaar!!!!!
¿Por qué será que los hombres que me han interesado siempre han coincidido en no gustarles el bailongo?
¿Qué retorcido hilo conductor hace que me atraigan los hombres negados para lo que a mi tanto me gusta?
Yo bailo con roche, con roche para los que me ven bailar, porque a mi me llega altamente que la gente piense que soy una bataclana frustrada (porque frustrada, no soy!) y que me alucine Madonna en la pista de baile, pero es que a mi me gusta el espectáculo pues!
Por eso me gusta bailar en casa, con los míos (como el sábado!) porque ya todos me conocen y no se espantan ante mis estiradas de brazos (ya aprendieron a esquivarlos!), mis gritos desaforados y toda la parafernalia que incluye un maquillaje con harto drama y lo más apretado de mi vestuario para sentirme liviana ¿cómo es éso? , no tengo idea!
A mi el baile me transporta al mundo en el que quisiera vivir. Con música y luces bajas, yo simplemente dejo que mi cuerpo me lleve a donde nadie ha llegado jamás ... no, esa es una serie antigua! (cómo me gustaba el pelado de la Next Generation ... !)
Recuerdo cuando, a los 25 años!, inicié mi primera clase de Ballet. En un séptimo piso de un antiguo edificio de la Av. Abancay, yo daba mis primeros pasos junto a otras niñas (ellas si, de 10 años!) y una despistada y loca amiga que fue la que me llevó.
El primer día mi amiga no fue. Recuerdo que mientras me cambiaba, veía a las enanas que me miraban (tan grandota yo) nadie me habló, pero yo supe que se reían ... y no precisamente conmigo!
Salimos al salón rodeado de espejos ... ahí supe que ése era mi lugar en el mundo!! me podía ver en 360°, el paraíso!! El maestro nos hizo parar al lado de las barras y nos dio las primeras lecciones. En la siguiente hora yo escuchaba el fuerte latir de mi corazón a mil por hora ... también escuchaba el crujir de mis huesos pero les hice creer a todos que eran las maderas del piso. ay! profe, el piso, cómo cruje...
Para cuando terminó la clase yo ya estaba en las piernas del profesor recibiendo masajes en la espalda y muerta de risa con mi nuevo amigo gay. No fue hasta la noche, cuando hablé por teléfono con mi amiga (la faltona) que me di cuenta que el profesor era medio raro ...
-Loca! él no es gay! tiene pareja y un hijo!!
-Glup!
Qué días tan fantásticos (nada que ver con la publicidad!) aquellos. Cuando terminaban las clases, nos íbamos al salón dónde practicaban los del elenco de la escuela, los veíamos como quien ve a los propios Dioses.
-Nunca seremos como ellos ...
-...
Si pues, no había nadie que nos diga "Si! y hasta pueden ser mejores!". Pero nada podría haber roto la magia del momento, ver esos cuerpos perfectos y dotados del talento que jamás tendríamos nosotras (hablo de mi amiga y yo, las viejas!) y soñar con que algún día bailaríamos así.
Fue la mejor época de mi cuerpo porque efectivamente nunca más me sentí tan dueña de mi envoltura. Todo estaba en su lugar y en forma, descubrí músculos que no sabía que tenía, hasta podría haber pasado casting en un Circo! El Hombre me iba a buscar a la salida de clases y de ahí me llevaba a un lugar privado (si, un telo!!) y él, sentado en la cama, muy intrigado me preguntaba:
-¿Qué aprendiste hoy?
Lo malo es que nunca pudo saber lo que aprendí porque se me tiraba encima cuando yo aún no había colocado mis pies en posición 2, no digo que fue la mejor época de mi cuerpo!!
Estuve muy poco tiempo en el Ballet, se cruzaba con el trabajo y la universidad, pero ese poco tiempo me sirvió para alimentar el alma para mis próximas 5 vidas!
Todavía sigo sin comprender por qué los hombres que me parecen interesantes odian bailar. ¿Será una paradoja de mi destino? ¿la ley de compensaciones? Total, yo bailo por tres!
Tal vez todo está perfectamente calculado: yo soy el espectáculo y el Hombre el espectador. ¿Será así de simple?
Mientras resuelvo el misterio yo sigo bailando nomas. Casi todos los días bailo antes de entrar a la ducha, bailo con los ojos cerrados (creo que acabo de descubrir la razón de esos moretones cuyo origen no recuerdo!) presa de la mayor alegría, y bailo para mi solita
...imaginando que soy algo más que ésto que deambula por el planeta.
7 comentarios:
Keep on dancing my dearest Mona!
El baile esta ligado al apareamiento y también a lo sagrado, este es un tema antropológico que sería demasiado largo comentar aquí.
El primer baile que conocí fue "La Ronda", en mis recuerdos en blanco y negro aún puedo escuchar el corito de voces de mis dulces amigas decir "¡Lobo! ¿Qué estás haciendo?", nosotros, los nilos, siempre les arruinábamos el pastel respondiendo sandeces como "Estoy haciendo el dos" y cosas por el estilo.
Es por eso que siempre he afirmadao que a TODAS las mujeres les gusta tanto el baile, lo llevan en su ADN, ellas son los recipientes de la humanidad, los instrumentos sagrados de esa maravilla llamada vida, las eternas madres del género humano y debido a que el baile es algo emocional pues quienes mejores que ellas para practicarlo en toda su magnitud.
En cambio, nosotros, los hombres, somos el lado opuesto, diseñados para resolver problemas, parcos y analíticos, solo bailamos porque en nuestros instintos básicos está el asegurarnos la continuidad de nuestra especie, parametrados en muchos aspectos, es por eso que el baile no nos llama la atención por "quítame estas pajas" tanto como a las mujeres.
Obviamente, TODOS, los hombres bailamos, unos mejor que otros, otros pésimo, otros cual robots, pero en fin, llegado el momento todos bailamos y si es con el afán de seducir a la presa elegida pues somos unos Fred Astaire en la pista de baile.
Pero entre bailar y gustarnos bailar hay un pársec de diferencia.
A mí no me gusta bailar, no me llama la atención, es más, en algunas oportunidades me ha parecido ridículo, si me dan a elegir en acudir a una fiesta y una cena pues elijo la cena, no obstante me divierte sobremanera observar a las personas bailar, el ritual del cortejo es muy divertido, las insinuaciones femeninas durante los cinco o seis minutos que dura una pieza son tan desenfadadas que hasta llegan a causar gracia, más aún los exabruptos que cometen algunos hombres tratando de emular a John Travolta o Chayanne.
Por todo lo divertido que para algunos les resulta bailar no queda otra que brindar por todas las fiestas pasadas, presentes y futuras en torno al misterioso baile.
It's just an invitation, 'cross the nation.
A chance for the folks to meet.
There'll be laughin', singin', music swingin'
Dancin' in the street
Qué pena Barón, yo que estaba dispuesta a llevarlo a bailar uno de éstos días ...
Para otra vida será!, mientras tanto, permítame:
"I am the dancing queen
young and sweet
only ..."
Uff!
ja ja ja
(paso al privado ;) )
Zapatitos de Baile
Algunas veces uno lleva 2 zapatos izquierdos en la vida para el baile
pero tiene otras gracias,no?
Uy! Anónimo, me intrigan tus otras gracias ...!
Gracias por comentar.
¡Gracias totales!
He conocido hombres y mujeres con una pasión terrible por el baile. En las fiestas del trabajo, la diversión estaba garantizado siempre que llegara un ingeniero flacucho que hacía parecer al Travolta del cine como un aprendiz. Era inevitable hacer una ronda con hurras y aplausos alrededor de aquel malabarista del ritmo. Tampoco se quedaba atrás un licenciado regordete de ademanes finos y graves que bailaba como en cámara lenta. Sin embargo, espectáculo aparte han sido las danzas de las morenas garinagus. La naturaleza las dotó de un encanto inigualable para ejercer su arte que vemos en anuncios. Curiosamente esa es la parte comercial, porque allá en lo recóndito de sus aldeas, a la orilla del mar, aprovechan grandes acontecimientos para bailar de acuerdo a su tradición, de preferencia en velorios, donde los adultos hacen gala de movimientos sensuales hasta concluir con el entierro, también festivo, al mejor estilo de los funerales jazz de New Orleáns.
Tampoco puedo dejar de mencionar a una criatura anónima. Salía de noche a la calle y bailaba como enajenada. Lo único es que nunca había música, quizá estaba en su mente, o loca de remate. No importa. Creo que era una criatura inofensiva y feliz.
Por un momento pensé que la loca esa ... era yo!! ja ja ja
Imagino que por tu zona el baile debe venir incluido en el ADN de todos, hombres y mujeres.
Bien por Centro América!!
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