martes, 30 de septiembre de 2008

El amigo negro

El sillón de la sala está hasta las patas! Pareciera que por él pasaron todos los amiguitos del enanito (como que pasaron ...!) y hubiera sido escenario de grandes batallas estelares (como que lo fue!).

Cuando llegó a casa, tuvimos que desmontar parte del enrejado de la escalera para que pudiera entrar al departamento, así de grande es. Es un sofá de tres cuerpos, pero qué cuerpos! algo así como de fisicoculturistas. Es una locura en una sala tan pequeña, pero así son las cosas por aquí, si nos gustan y no me producen un coma estilístico, se quedan!

Es el primer sofá que compramos, porque el anterior fue una herencia prácticamente. Es grande, negro, hermoso y acurrucable, pareciera una descripción masculina ¿será por eso que me gusta tanto?
No es de cuero, pero si de un material muy parecido al cuero, hubiera sido una locura tener un sofá de cuero en un depa tan pequeño y con un pequeño torbellino humano revoloteando por ahí. El cuero tendrá que esperar un poco más a que el niño domine mejor sus impulsos, mientras tanto el condenado mueble tiene una facha que impresiona. Tanto que ha sido fondo de las sesiones fotográficas que improviso para mis amigas cuando me viene la inspiración. Por ahí se lo puede ver decorando jaifais en el cyber-espacio.

En la época del terremoto, sirvió de cama cuando dormíamos en la sala por temor a las réplicas. Sacábamos el colchón de la cama del enanito y lo poníamos al pie del sillón, entonces el Hombre y yo dormíamos en él y el hombrecito en el sillón. Dentro de todo el espanto del terremoto, no puedo evitar recordar esos días con cierta ternura. A veces le tocaba al Hombre dormir en el sillón para espanto mío que imaginaba que semejante mole pudiera caer encima de mi indefenso hijito y ... mejor me ponía yo en ese lado, así, si caía algo ... pues no se trata de ir desperdiciando oportunidades en la vida ¿no?!

El sillón también funge de mejor amigo del hombre cuando estamos un poco enfurruñados. El podría vivir ahí tranquilamente, con el control remoto y la refri cerca, imagino que casi-casi su lugar soñado en el planeta. Sería injusto no mencionar su generosa acogida cuando los sábados por la noche que no salimos (que-es-casi-siempre!) pasamos de "Bailando por un Sueño", a las calenturas de las pelis del 72 y del 50 ...

Ahora que recuerdo, éste no es el primer sillón significativo en nuestras vidas. Antes de casarnos, había en la sala de mi mami un sillón verde (también inmenso!) que fue testigo mudo, sordo y atónito de nuestros primeros escarceos amorosos, de ésos que hacen subir los niveles de adrenalina ante la inminente presencia de cualquiera de los veinte millones de personas que siempre habían en casa de mis papis.
Cuando lo regalaron, el Hombre y yo fuimos los más tristes. Lo despedimos como quien se despide para siempre de un viejo, buen amigo, con recomendaciones para sus nuevos propietarios: "trátenlo bien! , denle su dosis de porno cada semana ...!" si ... muy triste! snif!

Ayer estuve en Gamarra, haciendo un estudio sobre telas ante la inminencia de La Boda. Qué feliz soy en Gamarra!, te da una falsa idea de prosperidad!
En ésas estuve, concentrada en la tela para mi vestido, cuando pasamos por un almacén lleno de retazos de tapicería ... algo así como ... El Paraíso!!! Todo un kilo de preciosos pedazos de tapices por quince soles!!!!!! Sólo compré un pequeño retazo de un tapiz brocado en tonos marfil, que pienso usar en un bolso.

Encontré una tela negra resistente a niños hiper-activos (así me juró el vendedor, claro que ellos juran cualquier cosa con tal de desprenderse del rollo de tela que estuvo en un rincón por una década completa!), tengo la impresión que podría atrapar pelusas, pero no me importa, mi sillón estará otra vez guapetón y eso es lo que cuenta!
Será como comprarle un traje nuevo a un buen amigo ... y vaya que se lo merece!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sofá!!!!!

Recuerdo que, cuando vivía solo, había días en los que hasta me quedaba a dormir en el sofá, especialmente ese verano del 2004.

Marysol Salval dijo...

Yo también recuerdo el sillón de tres cuerpos de mi mamá..Si ese sillón hablara!!
En todo caso, me alegro que el de tu casa se vista con traje nuevo, siempre ilusionan los cambios, pareciera que se renovara hasta el aire.
Un abrazo, Fabu, cuando vaya a Perú, yo también quiero ir a Gamarra...

Raúl de Usvult dijo...

Fabuleuse Mona

¿Es un fauteuil o un canapé?, creo que es lo segundo, o sea un sofá.

Casi todos tenemos buenos recuerdos de los sofás de nuestros padres o ex-enamoradas(os), el sofá "extranjero" que más recuerdo es uno tapizado con gobelino naranja que decoraba la sala de los padres de una ex, sobre el hicimos tantas acrobacias sexuales que luego debió pasar a una maternidad, obviamente el sofá de teciopelo verde de la casa de mis padres es el non plus ultra, ahí he dormido, vagado, leído, estudiado, dibujado, conversado, soñado, almorzado, cenado y un sin fin de actividades, excepto las sexuales :(, es un sofá de los 70s con esqueleto de cedro y ha servido de prototipo para muchos sofás que he diseñado, sus medidas son perfectas, 70cm de alto, 100cm de ancho, 240cm de longitud, con patas cilíndricas de 15cm de altura, el terciopelo de aquella época era grueso y con un brillo sobrenatural sobretodo en ese tono de verde tan elegante, otro sofá que recuerdo era uno de mi abuelo, lo tenía en su estudio era de vinil rojo Ferrari, su forma era simple, cúbica, racional y no poseia patas, cuando me sentaba sobre el crujía como galleta, mis abuelos -de ambos lados- lucían sofás de estilo francés los clásicos Louis XV, sobre los cuales no hay historias espectaculares que contar, actualmente, mi sala luce dos sofás colocados frente a frente y son copia idéntica del que existe en casa de mis padres, a diferencia del original estos son de terciopelo color blanco ostra y comparten la mismas historias que su noble predecesor pero estos si han tenido una vida sexual activa.

Al igual que Mona, ya es hora de renovar la piel de aquellos hermosos canapés, he pensado en colocarles cuero, existe una calidad de cuero que tiene un brillo etéreo me han dicho que lo puedo encontrar en las curtiembres de la Av. Iquitos, no sé si será cuero natural o artificial, prefiero el artificial así contribuyo a la preservación del medio ambiente, pero el prestigio que brinda el original azota mi vanidad.

Raúl de Usvult

FabuMona dijo...

*Raulín,
Si, es sofá, es sólo la mala costumbre de llamarlo sillón (¿viste que le pasa lo mismo a Marysol?)
¿ya no vives solo, te casaste?
... no sé para qué pregunto, si nunca regresas por acá, igual, besos! (ja ja ja)

*Marysol,
¡gracias por llamarlo tu también sillón! ja ja ja
Lo que más me gusta de los cambios, es precisamente la ilusión que suele acompañarlos, bien Mary!
...y vamos todos a Gamarra!
;?)

*Barón,
No te creo que en el sofá de tus padres no hayan habido "ningún tipo" de actividades sexuales ... ¡¿qué clase de adolescente fuiste?! ja ja ja
El terciopelo blanco-ostra es un lujo que sólo las parejas solas pueden darse, qué envidia!
Hey! a mi también me han hablado de la av. Iquitos!
Celebro, como siempre, tu buen gusto, especialmente el que te trae por éstos rumbos!
(la verdad es que eso me hace dudar un poco!! ja ja ja)
Besotes!

Raúl de Usvult dijo...

My Dearest Mona

Si, pues, en casa de mis padres, en el sofá, nunca pasó nada XXX, en cambio, en el baño de visitas si :)

El venir por estos lares es algo sumamente exquisito, es algo como probar comida tailandesa o vietnamita, algo sumamente exótico propio de Anthony Bourdain.

Raúl De Usvult